sábado, 8 de octubre de 2011

oruga

Qué dificil es mirarse hacia adentro; sacar cada una de las coverturas, desnudarse, quitarse eso que siempre se lleva encima, lo peor es que es una parte de la piel, y cuando uno logra o trata de removerla, es una sensación desgarradora, dolorosa, sin ademas tomar en cuenta que uno mismo debe mirarse. cuando te quitas todo de encima, estas obligado a inspeccionar, es inescondible, intapable, y la mayoria del tiempo lo hacemos, huimos, escapamos de tener que enfrentarnos a nosotros mismos, a aquello que nos molesta, que nos perturba, eso que no nos gusta, que incluso hace que nos odiemos, que sintamos ganas de ya no ser. Así estoy ahora, soy espectadora de esta lenta y sufrida metamorfosis, de este cambio constante que nunca antes comprendí y que ahora que me hace algún sentido, resuena en cada parte de mi cuerpo, de mi mente... He querido morir, desaparecer, evitar todo esto, no quiero crecer, no quiero cambiar, pero es tarde para eso, ya que es la condicion de la vida, el cambio permanente nos permite continuar existiendo, estar en pie, vivir, y qué ecenario más complejo para vivir que este, que el ahora, en este tiempo, donde lo ajeno es recurrente en mi, donde nada me parece cercano ni mío, todo se exterioriza y lo miro desde lejos... solo espero no mirarme a mi misma desde muy lejos, tengo miedo que eso pase, despertar un dia en la mañana, mirarme en el espejo y no saber quien soy, no reconocer mi imagen, ni mi sensación, espero no perder nada de aquello, por mientras solo estoy, expectante, observante, atenta a cada uno de los cambios, porque no me queda más que habituarme, adaptarme, recuperarme en esto nuevo, que sigo siempre siendo yo.

viernes, 22 de julio de 2011

RecuerdoS

Quiero en este instante como en muchos otros borrarte de esta puta memoria, sacar cada indicio de tu existencia, o por lo menos recordar todo lo malo de ti para con más ganas querer olvidarte. Todo te recuerda, no olvido ese maldito momento, no sale de cada olor inhalado, de cada sonido que penetra mis tímpanos, de cada sensación que recorre mi piel, la peor decisión que he tomado, dejarte entrar ha sido lo mas desagradable que he querido pasar, y sin embargo aún te extraño. Anhelo escucharte cualquier día hablándome de nuevo como antes, como cuando sabia que eras tu, el de siempre, esporádico acompañante de la vida, consolador de miles de momentos, el que alegraba los instantes tristes, el que nunca entrego nada en concreto. Mi sueño, mi fantasía, la ilusión de un cariño hace ya años apagado en tu pecho, pero que en el mio seguía calentando, la impaciencia, las ganas... la historia, el tiempo, las cagadas.